Mano negra – Pazionon Teer


Ni manitas, ni manazas, se quiso echarle una mano. Pronto conoció el negocio como palma de su mano. Tenía las manos largas, puso manos a la obra y empezó a meter la mano. Vale más pájaro en mano pero él se llenaba las manos. Como tiraba la piedra y luego escondía la mano, difícil echarle el guante con las manos en la masa y se frotaba las manos Ya era la mano derecha y tenía mano izquierda que era una mano de santo. Al final todo el asunto se le escapó de las manos, estaban todos seguros de que algo traía entre manos, él como pudiera quería lavarse las manos, pero no hubo quien pusiera por él al fuego la mano, casi llegan a las manos y no se les fue la mano cuando lo largaron con una mano delante y detrás la otra mano.

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